Primera parte .: La sífilis es una infección producto del contagio con una bacteria denominada treponema pallidum. Este microorganismo penetra en la piel o en las membranas mucosas rotas, como los genitales (vagina-pene), y provoca infecciones en el área genital, los labios, boca o ano.
Esta patología es una enfermedad que se transmite por contacto sexual (ETS) y puede afectar tanto a hombres como mujeres. Además puede pasar de la madre al bebé durante el embarazo.
Una forma de evitar el contagio es abstenerse de mantener relaciones sexuales hasta que el vínculo sea estable o mutuamente monógama con una pareja que se haya hecho las pruebas y esté seguro que no tiene ni haya tenido ninguna infección.
Otra alternativa es evitar el consumo de alcohol y drogas, ya que estas sustancias adictivas pueden llevar a realizar o llevar una conducta sexual peligrosa.
Es muy importante que la pareja -cuando transitó el proceso de conocerse, lo que posibilitó un mayor acercamiento para iniciar su vida sexual- puedan hablar sobre si tienen o tuvieron sífilis u otra infección de transmisión sexual (ITS). Además es necesario interiorizarse sobre si tuvieron contacto con parejas anteriores que podrían haber estado infectadas con sífilis (VDRL), el virus del papiloma humano (HPV), el chagas, la hepatitis B (VHB) o el virus de la inmunodeficiencia humana (HIV) 1 y 2.
Todos los laboratorios realizan los análisis y las pruebas confirmatorias necesarias, asegurando que los resultados serán tratados en forma confidencial. Según artículo 6 de la Ley 23.798 de salud pública, esos resultados serán entregados al médico, quien tendrá la responsabilidad de brindar asesoramiento y tratamiento a tal fin.