Quinta parte .: La tricomoniasis es la infección de la vagina o el aparato genital masculino, como consecuencia del contagio de parásito llamado “trichomonas vaginalis”. Si bien puede manifestarse asintomática, es decir sin síntomas evidentes, es la causante de otras enfermedades como la uretritis, vaginitis, cistitis y, en ocasiones, prostatitis.
Es habitual que cuando una mujer tiene molestia, picazón o una secreción vaginal inusual, espere a que “se resuelva sola” o que “desaparezca”. También puede sentirse avergonzada por el olor y la secreción, que va en aumento. Este pudor es lo que la lleva a no consultar con el ginecólogo, pero puede traer graves consecuencias para su salud.
Al consultar un profesional, la mujer recibe diagnóstico, tratamiento y seguimiento. La tricomoniasis puede evidenciarse por la presencia de flujo vaginal inusual con un fuerte olor asociado a un cambio de calor en la secreción, que es constante, acuosa o más densa que lo registrado normalmente.
Esta enfermedad de transmisión sexual (ETS) no causa dolor y su tratamiento está centrado en la utilización de antibióticos, geles o cremas. Si el paciente es diagnosticado con esta ETS, es necesario que ambos en la pareja comiencen el tratamiento.
Algunas recomendaciones para la adecuada limpieza genital son evitar el uso de jabones perfumados, champú o gel de ducha en el año; no utilizar desodorantes o duchas vaginales; no usar antisépticos en el baño y no fumar. Es importante utilizar agua y jabón común blanco o de glicerina neutro, sin perfume, para lavar el área genital.
Los factores de riesgo para contraer la enfermedad pueden ser tener una nueva pareja sexual o una que tenga parejas simultáneas, así como que la pareja tenga o haya tenido ETS.
La consulta al psicoterapeuta o al sexólogo facilitará la posibilidad de despejar dudas, que tendrán por objeto acceder a una sexualidad plena y disfrutable.