San Vicente | Cerca de 100 mil personas visitaron durante este fin de semana largo la décima edición de la Fiesta Provincial de la Mozzarella, organizada por el Club Argentino de Servicio (CAS) y el Municipio de San Vicente. A pesar de la lluvia caída en la madrugada del sábado, la fiesta se realizó normalmente durante los tres días en el Predio Ferial Vieja Estación de San Vicente.
Durante esta edición el público eligió como la mejor mozzarella de la expo a la marca Bensethi, que formó parte del Camino de la Mozzarella, uno de los pasillos de la muestra dedicado a las principales marcas de la región. Por otro lado, los técnicos del Ministerio de Agroindustria de la Provincia de Buenos Aires dejaron desierto el premio a la mejor mozzarella, ya que ninguna de las firmas que se presentaron alcanzaba los estándares dispuestos por el concurso.
El sábado se hizo presente la Banda Sinfónica de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, quien deleitó a los presentes con interpretaciones del cancionero popular. Durante los tres días se desarrollaron shows en vivo con artistas de la región.
También se realizó la tercera edición del concurso gastronómico Impastare Pizza, esta vez organizado por Jesica Chavarría, Karina Morales, Brenda Montoya y Agustín Arman. En esta oportunidad participaron varios equipos del Centro de Formación Profesional 401 (CFP401) de San Vicente, que fueron examinados por un jurado formado por Pablo Rivas (Pizzería El Nuevo Cruce), José “Toto” Ayala (La del Boulevard), Leonel Peña (La Especial) y Hernán Escudero (CFP401). El equipo ganador fue el grupo 3, seguido por el grupo 1, ambos preparados por el profesor José González.
Pese al intenso calor reinante durante las tres jornadas, 85 personas donaron sangre en el tráiler del Sistema Provincial de Hemoterapia. También engrosaron el Registro Nacional de Donantes de Médula Ósea. La Cruz Roja con sede en Almirante Brown realizó demostraciones de primeros auxilios y de resucitación cardio pulmonar.
Sin dudas, la Fiesta de la Mozzarella sigue siendo el evento más convocante de San Vicente. Sin grandes y rimbombantes números artísticos que se llevan grandes recaudaciones, este evento sigue primero en la preferencia del público. El motivo es que la vedette de la fiesta es la misma fiesta. Bien organizada, bien diseñada, con cuatro patios gastronómicos y una muestra multisectorial que sigue creciendo a pesar de la crisis en la que está sumido el país.
Tal vez, una de las perlas negras del evento fueron los onerosos precios que algunos de los expositores pusieron a sus productos. Estos negocios no pagan ningún tipo de impuesto, sin embargo vendían –sobre todo la comida- a valores desorbitantes. Por poner un ejemplo, un sándwich de vacío costaba 300 pesos, cuando en un comercio sanvicentino del rubro se lo puede adquirir a la mitad.
Esto no sólo le quita visitantes a ese puesto, sino a la fiesta misma, ya que una familia tipo tendría que gastar entre 1500 y 2000 pesos para comer un sándwich y una gaseosa.
Otra de las cosas que se tienen que rever para próximas ediciones es la prohibición de utilizar animales para obtener un beneficio económico, como los dueños de dos ponis, que tuvieron a los animales más de 12 horas por jornada al sol.
La inseguridad se hizo presente nuevamente. No en el predio, donde todo se desarrolló normalmente, pero si en las calles. En las inmediaciones fue robado un auto y algunos estéreos. Hoy por hoy, la presencia policial en las calles deja muchísimo que desear.
En esta ocación el predio se vio distinto, sobre todo por la noche. La organización del evento inauguró 20 nuevas columnas de alumbrado con sus respectivas luminarias led, que le dieron mejor visibilidad al lugar.
Una verdadera lástima fue que el Municipio no llegara a retirar las montañas de piedra partida apostadas en el estacionamiento de la estación, sobre la calle Amoretti. Daban un muy feo aspecto al lugar, sobre todo a los visitantes de otros distritos. Nosotros ya estamos acostumbrados.