San Vicente | Desde hace más de 15 años, San Vicente se ha hecho famoso por la gran cantidad de ilícitos perpetrados por facinerosos que, utilizando la violencia como método de amedrentamiento, usurpan terrenos y campos para venderlos rápidamente, aprovechando el paso cansino de la Justicia.
Tras el encarcelamiento de Ariel Heine y gran parte de su banda, parecía que los hechos de usurpaciones habían desaparecido, pero en los últimos tiempos comenzaron a aparecer emuladores del famoso “Pelado”, que utilizando su mismo modus operandi, se quedan con lo que no les pertenece.
Amparados en la lentitud que tiene la Justicia para actuar, estos delincuentes detectan los terrenos, los alambran y los venden en tiempo récord. Cuando aparecen los “nuevos dueños”, se encuentran con que las tierras pertenecen a alguien y, allí, comienza un litigio de nunca acabar.
El Municipio desactivó una fiesta electrónica que no contaba con permisos.
Una semana atrás, un vecino denunció ante la Policía que un sujeto comenzó a alambrar sus terrenos, ubicados sobre la Ruta 6, y ante el reclamo para que abandone el lugar, solamente encontró violencia por parte del invasor. Este vecino posee las escrituras del lugar, pero poco sirvió para disuadir al “usurpa”.
Si bien este vecino realizó la denuncia correspondiente ente la Policía y la Fiscalía local, nunca obtuvo una respuesta satisfactoria. Los uniformados aducen que necesitan una orden de la Justicia, mientras que la señora de los ojos vendados dice que están de feria judicial y cuentan con muy poco personal.
Lo cierto es que si no se legisla al respecto, esto va a continuar sucediendo en San Vicente, con Heine o sin él. Sería más que importante que el Concejo Deliberante proponga la creación de la Policía Municipal de Tierras, que actúe rápidamente en casos como este; además habría que crear un registro de tierras tomadas o con sospecha de usurpación, para que estos delincuentes no sorprendan en su buena fe a futuros compradores.