San Vicente | En su continua lucha para que particulares no rellenen y construyan sobre los humedales de la Laguna del Ojo, los Vecinos Autoconvocados en Defensa de la Laguna (VADL) continúan apuntando al Municipio de San Vicente por no hacer cumplir la Ordenanza 5033, que fue promulgada por la administración de Mauricio Gómez, pero que nunca se puso en práctica, porque “las obras de relleno y construcción en el barrio Mundo Natural” continúan llevándose a cabo a la vista de todos”, consideró Pablo Vergara, integrante del colectivo ambientalista.
En ese sentido agregó que “Mundo Natural es la parte más visible de este problema, pero hay otros particulares que están infringiendo la ley y, desde el Municipio, no se toman las medidas necesarias”. En declaraciones a este medio, Vergara se refirió a un relleno que se está realizando en “cercanías del avistaje de aves, de una cadena de grandes locales linderos a Mundo Natural, y al proyecto de un barrio privado en cercanía al cementerio local”.
Este grupo de vecinos, que sostiene que ante el rellenado de los humedales habrá más inundaciones en las zonas pobladas, tenían la esperanza que con la llegada de un nuevo gobierno al Municipio, las cosas iban a cambiar, pero –lamentablemente- todo sigue igual.
La ordenanza fue aprobada los primeros días de noviembre de 2018, pero desde su implementación “se continúan rellenando terrenos, construyendo contrapisos y paredes, instalando quinchos y hasta piletas de natación cuando la normativa es bien clara con respecto a este tipo de actividades”, afirmó Vergara.
El artículo 1 de la normativa expresa que el Municipio deberá “disponer preventivamente la restricción de uso de suelo que conlleva el impedimento de realizar construcciones y obras de cualquier índole, movimiento de suelos, apertura de calles -que no fueran dispuestas por el Departamento Ejecutivo por resolución fundada- en la zona definida según plano adjunto en anexo 1.
En los primeros meses del año, integrantes de VADL se reunieron con el Secretario de Obras Públicas municipal, Néstor Fernández, encuentro al que consideraron “muy malo”. “Fernández nos recibió muy mal, con muchas restricciones para poder tomar notas, y negando la importancia de la reserva natural. Parecía más un empresario, que un funcionario público que tenía que defenderla. Por suerte, el área de Medioambiente no está más bajo su esfera, aunque no depositamos muchas expectativas con las nuevas autoridades”, subrayó Vergara.
“No pedimos que el Municipio demarque la línea de la rivera ni que delimite la zona de humedales; solamente pedimos que haga su trabajo de hacer cumplir las ordenanzas vigentes”, completó el ambientalista.
También explicó que en los últimos meses, el Organismo Provincial de Desarrollo Sustentable (OPDS) modificó el marco técnico y jurídico en estos casos. “Se trata de nuevas herramientas que ahora tienen los municipios para solucionar este tipo de conflicto”, aseguró Vergara.
Parece ser que el mayor problema que debe soportar la Laguna del Ojo y todo el ecosistema que la rodea, es la actitud -intencionada o no- de las distintas administraciones municipales, que no comprenden que el lugar se convirtió, hace poco menos de 10 años, en una reserva natural, y no toman las medidas necesarias para protegerla.
Para poner algunos ejemplos, durante la gestión anterior se asfaltaron terrenos perteneciente a la reserva, se otorgó el permiso para construir un centro comercial, y hasta se hablaba en voz alta de la construcción de un hotel en donde hoy se proyecta el barrio privado “Pueblo Viejo”.
La laguna del Ojo es uno de los ecosistemas más bellos de la región y el Estado no lo está protegiendo como tiene que hacerlo, primando los intereses comerciales por encima de los derechos de los vecinos que quieren y necesitan vivir en armonía con la naturaleza.