San Vicente | Por lo que vemos diariamente en las calles del distrito sanvicentino, la situación se les fue de las manos, tanto a la policía como al área de Seguridad del Municipio local con el tema de las motocicletas. El sábado pasado, el tema pasó a mayores cuando un grupo de motociclistas atacó a inspectores de Tránsito y le produjo heridas a una de las integrantes del cuerpo de control municipal. Hay un detenido por el hecho.
Según testigos, un grupo de jóvenes a bordo de motos era perseguido por la policía desde la Laguna del Ojo y fueron alcanzados sobre avenida Almirante Brown y Maipú, en un taller mecánico sin habilitación que funciona frente a la Plaza Pezoa, cuando los inadaptados detuvieron su marcha. Ante el requerimiento policial para que los infractores presentaran la documentación de los vehículos, estos manifestaron no tenerla, por lo que se informó al área de Tránsito municipal para realizar las infracciones y secuestrar los vehículos.
Al llegar al lugar, el grupo de inspectores se encontró con un clima hostil por parte de los jóvenes que, según los trabajadores municipales, se encontraban en un avanzado estado de ebriedad. La situación se puso más tensa cuando inspectores y policías comenzaron a cargar las motocicletas en infracción en un trailer, para trasladarlas al depósito municipal. Se produjo una pequeña reyerta, donde la inspectora Tamara Sánchez resultó con un corte en el cuero cabelludo.
La trabajadora, que además se desempeña como bombera voluntaria, tuvo que ser asistida en el hospital Ramón Carrillo, donde le aplicaron cuatro puntos de sutura en la herida. El motociclista sindicado como el agresor, inexplicablemente, se escapó de la escena, en tanto que la policía detuvo a Jonathan Fasano (24), domiciliado en el lugar, quien era uno de los más exaltados.
Esta situación no es nueva. Sino recordemos cuando meses atrás, otro inspector del reducido cuerpo de Tránsito que tiene el Municipio, fue atropellado por una motociclista que no detuvo su marcha en la zona del Paseo del Bicentenario; o una semana atrás cuando otro inspector fue agredido y amenazado de muerte en la vía pública por dos jóvenes que terminaron detenidos.
Y todo esto ocurre por la desidia de las autoridades municipales que tienen que bregar por la seguridad de los ciudadanos, comenzando por el intendente municipal y el Secretario de Proteccion Ciudadana, quienes son los encargados de tomar las medidas necesarias para que esto no ocurra.
Esta administración municipal ha demostrado un total desinterés de controlar el tema de las motos que circulan fuera de regla. Se comenzó por desmantelar el cuerpo de inspectores de tránsito que, de casi 20 personas paso a contar con integrantes que se pueden contar con los dedos de una mano; y las pocas motos que son confiscadas, entran por una puerta y salen por la otra por la influencia de punteros políticos y allegados a las autoridades municipales.
Los talleres de reparación de motos funcionan totalmente fuera de reglamento, sin habilitaciones municipales y sin contar con la documentación de los vehículos dejados para su arreglo, como lo indica una ordenanza aprobada durante el Gobierno de Brígida Malacrida. Si hubiera un interés de hacer bien las cosas, esos talleres tendrían que ser inspeccionados, secuestrando las motos que no cumplan con las normativas vigentes.
Otro tema no menos importante es el de los delíverys en motos, que tampoco cumplen con las leyes. Trabajan con motocicletas en deplorable estado, sin luces, sin espejos retrovisores, sin cascos y haciendo repartos sin los habitáculos que la ley establece para hacerlo. En este caso, la culpa es compartida con los dueños de los comercios, que para ahorrar dinero, contratan a motociclistas cono vehículos totalmente fuera de regla. Hay casos en que se han producido accidentes, porque los delíverys manejan con una mano y llevan la comida con la otra.
Es necesario que –de forma urgente- el Municipio “se ponga adelante del problema” o “tome el toro por las astas”, como les gusta decir al área de Prensa. Es una vergüenza los que pasa los fines de semana en las calles sanvicentina, donde cualquier vecino no puede salir a la calle sin el peligro de ser atropellado por alguno de estos energúmenos que asolan la vía pública.
Foto de portada: El Diaro Sur