San Vicente | Son tantas las ordenanzas que no se cumplen y que el Estado no hacen cumplir, que un día los planetas se alinean y pasa lo que sucedió ayer en la maderera de avenida Presidente Perón al 1200. Un proporcional incendio terminó con –al menos- la mitad de este comercio perteneciente a la familia Fallesen.
Está prohibido circular con motos sin casco y con escapes libres, pero todo el mundo lo hace; está prohibido arrojar aguas servidas a la vía pública, pero todo el mundo lo hace; está prohibido quemar hojas secas, pero sin embargo todos lo hacen; y lo peor de todo, bajo la mirada esquiva de las autoridades que tendrían que controlar que estas ordenanzas se cumplan al pie de la letra. ¿Sino para que las promulgaron? ¿Para hacer alarde de que realizan su trabajo?
Lo cierto es que en la tarde de ayer, vecinos que viven sobre la calle Nicandro Rodríguez entre El Resero y El Payador, se pusieron a quemar hojas secas, sin prestarle atención a la evolución del fuego que, debido a la sequía reinante, inmediatamente tomó dimensiones dantescas y terminó “saltando” la calle e incendiando la maderera de enfrente.
Esta maderera ocupa gran parte de la manzana, estando sobre la avenida Presidente Perón la atención al público y el área de trabajo; y sobre Nicandro Rodríguez, los depósitos de madera, en un galpón y a cielo abierto. Las llamas arrasaron por completo estos depósitos, poniendo en jaque también casas linderas y el colegio privado Otto Suter.
El rápido accionar de los Bomberos Voluntarios no pudo con el imponente incendio que se había provocado. Comenzaron a llegar varias dotaciones que trataron de mitigar el incendio, pero todo ya estaba fuera de control. Los vecinos ayudaban con lo que podían: sacaban mangueras desde sus casas y trataban de apagar el fuego con baldes.
El incendio fue de tales proporciones que tuvieron que actuar más de 10 dotaciones de bomberos. A las locales de San Vicente, Alejandro Korn y Domselaar se fueron sumando las de Guernica, Almirante Brown, Ezeiza y Brandsen, que pusieron de manifiesto lo importante del trabajo que realizan estos servidores públicos, aunque en muchos casos lo minimicemos.
Ahora le tocará a la justicia investigar, para encontrar a los culpables de este “accidente”, que pudo costarle la vida a las personas que trabajaban para sofocar el incendio.
Durante el proceso actuaron en el lugar, personal de Defensa Civil municipal, el área de Protección Ciudadana y de la Policía Bonaerense; como el personal del hospital Ramón Carrillo con una ambulancia, que debieron atender una decena de casos en bomberos, que presentaban taquicardias, suba de la presión sanguínea y principios de asfixia, aunque ninguno de gravedad.