San Vicente | Jesica Derisio, directora del hospital Ramón Carrillo de San Vicente informó a Al Sur Web, el deceso de Paula Sofía Melgarejo, la joven de 22 años que el pasado 17 de febrero sufrió un accidente junto a otros 7 jóvenes en la rotonda “ciega” de las Ruta Provincial 16, entre las rutas 6 y 58.
Esta madrugada, en el hospital Néstor Kirchner de Cañuelas, Melgarejo se convirtió en la quinta víctima fatal del accidente. Habían fallecido Andrés Exequiel Paveleka (31/CABA), en el lugar del accidente; Julieta Ailín Bayser (19/CABA), en el hospital cañuelense; Lucila Maite Bruno Alba (21); y Tamara Belén Carrizo (21/CABA), en el hospital Carrillo.
Con respecto a los supervivientes, la facultativa informó que Juan Cruz Millán (30/CABA), quien conducía la camioneta VW Amarok que volcó y a quien el test de alcoholemia registró 1,43 gramos de alcohol en sangre, fue derivado al hospital Italiano.
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Así, completamente destruiada, quedó la camioneta Amarok tras el accidente.
Raúl Humberto Rabelo (35/Villa Martelli) continúa internado en el nosocomio sanvicentino con varias fracturas en el macizo facial, en mandíbula y pómulos; en tanto Agustina Belén Sánchez Arrúa (24/Villa Lynch) continúa internada en el hospital Cuenca y su pronóstico es estable.
El fatal accidente se había producido en los primeros minutos del lunes 17 de febrero, en el tramo de la Ruta 16 entre las rutas 6 y 58, a escasos 300 metros del country Fincas de San Vicente y a un kilómetro del Ecopunto San Vicente. En ese lugar existe una rotonda sin iluminación, que no fue advertida por Millán, que por cierto manejaba bajo el efecto del alcohol.
Ese tramo de la ruta había sido asfaltado durante la gestión del doctor Antonio Arcuri, al frente del Ente del Conurbano Bonaerense. Esa rotonda fue construida en ese lugar, el cual sería la entrada principal al Mercado de Hacienda que funcionaba en el barrio porteño de Liniers. Luego, el proyecto no prosperó y el mercado fue radicado en Cañuelas.
Si bien la rotonda tiene instadas las columnas de iluminación, el sector fue víctima -en varias ocasiones- del robo de cables soterrados, debido a que es una zona rural y con poca vigilancia. Esa oscuridad, y la imprudencia de los jóvenes en subirse al vehículo con una persona alcoholizada al volante fue el cóctel fatal que se cobró cinco vidas.