Según el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina, en 1988 existían en el país un total de 30.131 tambos, y hoy solo quedan menos de un tercio. En mayo de este año solo quedan 9.039 tambos. Desde diciembre de 2023, cerraron más de 1.024 tambos, y en la provincia de Buenos Aires desaparecieron 25 tambos en los primeros cinco meses de este año, quedando un total de 1.805 establecimientos.
En San Vicente se cerraron recientemente 5 tambos y muchos están en vía de correr la misma suerte. La principal causa es la baja demanda, ya que con la crisis económica la carne como la leche y los productos lácteos, son los primeros que se dejan de comprar. San Vicente es un distrito históricamente rural con un noventa por ciento de su superficie representada por campo.
Los tambos forman parte de la historia sanvicentina. A mediados del siglo XVIII, nuestro distrito fue de la mano de la inmigración irlandesa, supo ser el principal productor de ganado ovino (ovejas) del país, y también contó con pioneros en el rubro lácteo con una de las primeras usinas lácteas de la región, materializada en 1875, por el vasco Francisco Galarregui en su estancia La Micaela.
Con el correr del tiempo muchos establecimientos abandonaron la actividad tambera, reemplazándola por la ganadería extensiva, de mayor rentabilidad.
Tras la llegada del ferrocarril en 1928, varios establecimientos cercanos al pueblo se fueron aparcelando o urbanizando, como sucedió con los campos del ex intendente y tambero Juan Biocca, precursor de la Corporación de Fomento Rural de San Vicente.
Actualmente, la cantidad de tambos registrados va decreciendo; varios han bajado la persiana o pausado su actividad, incluso algunos están siendo transformados en barrios privados, cómo consecuencia de las importaciones y la crisis económica.
Algunos le encontraron la vuelta pero los costos son cada vez mayores, por litro de leche cruda reciben valores exiguos, y frente a su costo de producción ya prácticamente no tienen ganancias. Es una descapitalización que impide renovar equipos o hacer cualquier mejora en el tambo.
A esto se deben sumar problemas de conectividad, accesibilidad y los nuevos aumentos en precio de energía y combustible junto a las sequías e inundaciones.
Los caminos rurales son una problemática central ya que es lo que posibilita sacar la leche fluida del tambo, en lugar de inclinarse por la producción de masa de mozzarella.
A nivel local, el sector lácteo podría generar muchos puestos de trabajo si se agregará más valor en origen y se generará escala entre grupos de productores.