San Vicente | Osvaldo Rodríguez “Ova, o El Negro” para mucha gente que lo quiere, lleva 27 años de trabajo, dedicación y mucha pasión por el deporte, desempeñándose en el Municipio de San Vicente, donde es una de las importantes piezas del engranaje que hace girar toda la estructura del deporte social. Y hace 27 años que sigue enamorado de los Juegos Bonaerenses.
Su historia con el Municipio comenzó allá por finales del año 1995, cuando el distrito era gobernado por la exintendenta Brígida Malacrida, y el área de Deportes estaba bajo la dirección del exsecretario, Carlos Astiz Murias. Charla de por medio, Rodríguez consiguió su nuevo trabajo, directamente relacionado con su profesorado de Educación Física.
Formalmente comenzó en el año 1996, como una pasantía educativa, realizando relevamientos de los deportes y actividades que se practicaban en el distrito, incluido el deporte para chicos con discapacidad, algo que marcaría para siempre el rumbo de Osvaldo en los viejos Torneos Juveniles Bonaerenses a partir de ese mismo año, ya que hasta el día de hoy, el fútbol especial forma parte de las actividades centrales de la Escuela Municipal de Deportes y, en este año en particular, como disciplina que retorna a los Juegos Bonaerenses.
En ese 1996, un lindo grupo de “profes” o estudiantes de la misma carrera, y otros colaboradores, se fueron sumando al área para darle forma a la Secretaría de Deportes de esos años, entre ellos Diego Ruiz, Romina Arenas, Paula Pereyra, Fabián Peralta, Damián Corti, Rubén Arenas y el recordado Mario Echeverría, muy cercano a los afectos del propio Osvaldo Rodríguez.
Es importante tratar de remontarnos con la imaginación a esos años, donde el renovado distrito de San Vicente -acaba de separase de la ciudad de Guernica- apenas contaba con menos de 500 empleados, distribuidos con mucho ingenio en el viejo edificio, en lo que hoy es el Salón Gaetani, sus oficinas contiguas -incluido el despacho de la máxima autoridad, y algunos metros más de construcción para albergar a toda la gestión municipal. Y claro está, no existía el Polideportivo Padre Mugica.
Osvaldo recuerda con mucha nostalgia, el amor que generaba entre todos el trabajo social y la apuesta por el deporte, a pesar de ser pocos, pero poco a poco se fueron integrando otros actores, como el doctor Jorge Strufolino, que se convirtió en el médico de la delegación que viajaba a Mar del Plata en ese mismo año, acompañando a los finalistas, en el primer juego para “El Negro Ova”.
Osvaldo recuerda a la gestión de Alejandro Rodríguez como la mejor a cargo de la Secretaría de Deportes de la Provincia de Buenos Aires.
Siempre capitaneado por Carlos Astiz, de quien se quedó con los mejores consejos, se fueron sumando nuevos profesores, como Diego Ruíz, quien, con el tiempo, e impulsado por el buen ojo de Astiz, comenzaron a moldear el deporte para los mayores, antes “Tercera Edad” que al poco tiempo comenzó a competir oficialmente en la estructura de los juegos provinciales, dando resultados increíbles, que hoy tiene continuidad.
“Carlos nos enseñó a trabajar, era un líder natural, pero además nos supo transmitir la pasión y la responsabilidad al mismo tiempo, algo que él sabía trasladarnos muy fácilmente, y eso nos sirvió a lo largo del tiempo, creo que llegamos a tener un equipo muy aceitado, y en gran parte es gracias a él” recuerda.
En el camino también se sumó el doctor Andrés Ghío, otro gran profesional médico, que al igual que Strufolino, le aportaba el cuidado de la salud, la atención, alegría y más empatía a la delegación. “Eran médicos muy profesionales, muy buenos amigos y grandes compinches de toda la delegación” recuerda Osvaldo.
Para el año 2000, Osvaldo no quiso dejar pasar la aparición del Equipo ActivaSport (en aquel año Equipo Desafío) que comenzó a transmitir en vivo -en ese año- y no dejó de hacerlo hasta que la pandemia lo detuvo todo. (N de la R) Esta nota no es sobre nosotros, pero agradecemos profundamente el lindo gesto de recordarlo y de hacernos parte.
Llegaron nuevos compañeros, y con ellos, nuevas anécdotas que escribieron largas páginas de alegrías, tristezas y nuevos desafíos, que fueron moldeando una gran estructura del deporte social que se extiende hasta estos estos días, donde el actual Director de Deportes, Cristian Gómez, es el responsable de continuar con ese lindo legado de tantos años.
“Estos juegos nos dejan la alegría de tantos amigos que hemos cosechado, y que a la distancia siguen recordando lo maravillosos que fue competir en lo que para mí es la columna vertebral deportiva en la provincia de Buenos Aires, porque es el momento más esperado por los pibes, las pibas, lo jóvenes y los adultos mayores, cada año” agrega.
Un dato de color que suma Osvaldo en esta linda y amena charla de café -realizada en Boston- fue que el actual intendente municipal, Nicolás Mantegazza, fue competidor en los Juegos y campeón provincial en fútbol, con quien viajó a la provincia de Córdoba en su viaje de premiación. “Era un áspero 6” (SIC).
De ahí que el propio Mantegazza le ha dado un fuerte impulso al deporte social, a los clubes de barrio y a muchas instituciones del distrito, que trabajan diaria e incansablemente para ser lugares de contención, de entrenamiento y recreación de miles de vecinos sanvicentinos. Y ese impulso y ese cambio, se ven muy bien reflejado en el crecimiento de las instituciones.
Tal vez muchos no lo sepan, pero San Vicente estuvo entre los primeros tres municipios de la provincia, con los mejores resultados de la entonces “Tercera Edad”, llegando a ser el municipio con mayor cantidad de inscriptos, gracias al tremendo empuje y a la ascendencia de Astiz Murias con esa franja etaria y por la incondicional predisposición de la ex jefa comunal, Brígida Malacrida, “La Tana” como todos la recuerdan muy cariñosamente.
“Carlos Astiz nos enseñó a trabajar, era un líder natural, pero además nos supo transmitir la pasión y la responsabilidad al mismo tiempo, algo que él sabía trasladarnos muy fácilmente, y eso nos sirvió a lo largo del tiempo, creo que llegamos a tener un equipo muy aceitado, y en gran parte es gracias a él” recuerda.
La traslación al gobierno del exintendente Daniel Di Sabatino, fue una buena continuidad del trabajo que se venía realizando, anexando nuevas cosas, que con el tiempo fueron una marca propia de la gestión deportiva en el Municipio, hasta la llegada del nuevo gobierno, a cargo de Mauricio Gómez (funcionario que al igual que Mantegazza proviene del deporte) para dejar su impronta y seguir potenciando todo lo deportivo entre los sanvicentinos.
“Nunca voy a olvidar lo que significó para el deporte provincial, con afectación directa a los municipios, la gestión del exsecretario de Deportes de la provincia, Alejandro Rodríguez, con un gran equipo de trabajo integrado por Juan Manuel López Gómez, el “Chino” Tapia, ex campeón del mundo en México 86 y con nuestro vecino, Oscar Boccalandro, un profesional del Vóley y del deporte en general, que siempre nos acompañó buscando lo mejor para los sanvicentinos” agregó.
Por aquellos tiempos, se sumaba otro entrañable amigo personal de Osvaldo Rodríguez, el profesor Juan Salom, proveniente de la rama de Educación, hasta el día que le llegó su merecida jubilación en 2019, pero que supo transpirar la camiseta de San Vicente, poniendo todo su profesionalismo al servicio del proyecto, durante todos esos años.
“Estoy agradecido a la vida por haberme puesto en este camino, que es el motivo fundamental de mi vida, porque llevo la mitad de ella dedicada al deporte, desde donde formé mi familia y desde donde sigo con las mismas ganas que cuando tenía 20 años de edad. La llama siempre está encendida” destacó.
Osvaldo solo faltó a un juego, y fue en 2015 cuando perdió físicamente a su papá, pero pronto se levantó, se puso de pie, y siguió adelante para brindarle lo mejor de él, y de todos sus compañeros actuales, Adrián Sandoval, Tadeo Saccón, Lucas Cardozo y Diego Ruiz, a los representantes sanvicentinos que, año a año, se anotan en los juegos, sin distinción de clubes, nombres y colores, todos bajo la misma camiseta que es la del Municipio de San Vicente.
“Cuando vamos a Mar del Plata, todos somos uno, y eso es algo que no se puede describir, solo hay que vivirlo, sentirlo y disfrutarlo. Hasta el fin de mis días siempre voy a agradecer haber entrado en este trabajo que, junto a mi familia, es lo más importante que tengo” concluyó Osvaldo Rodríguez, un tipo común, con un gran corazón y con mucho por delante para seguir dando.
Fuente: Equipo ActivaSport