Alejandro Korn | La familia de Natalia Bonardi, una mujer de 52 años, exige una condena ejemplar para el conductor que la atropelló fatalmente mientras circulaba en bicicleta. El trágico suceso ocurrió el 26 de noviembre, y dos días después, Natalia falleció debido a las gravísimas heridas sufridas.
El siniestro tuvo lugaEl siniestro tuvo lugar a las 18.35 horas en la intersección de avenida San Martín y Aviador Valdez, a solo dos cuadras de la estación de Alejandro Korn. Testigos del hecho, sumados a las grabaciones de cámaras de comercios y la cámara del Centro de Operaciones de Prevención (COM), indicaron que el conductor –Pedro Escobar- manejaba a una velocidad excesiva. Además, se sugiere que el responsable podría haber estado utilizando su teléfono celular en el momento del impacto.
La mecánica del accidente fue brutal: el conductor embistió a Natalia desde atrás y, según el testimonio de los vecinos, solo logró frenar después del impacto. Fueron los mismos vecinos quienes, actuando con rapidez, impidieron que el responsable se diera a la fuga. Pese a que el vehículo quedó retenido, la familia Bonardi denuncia con profundo dolor que el conductor jamás se acercó para preguntar por el estado de Natalia.
Natalia Bonardi era una mujer que dedicó su vida a sus hijos y a la comunidad. Era analista de sistemas y se desempeñaba como técnica de apoyo en una escuela primaria. Con una dedicación admirable, trabajaba hasta 13 horas diarias para sostener sola a sus hijos, a quienes, a pesar de recibir una cuota alimentaria mínima, logró enviar al colegio Yapeyú con un esfuerzo enorme. Le faltaba solo un año para obtener el título de bibliotecaria y cuatro finales para ser profesora de informática.

En la comunidad de Alejandro Korn, Natalia era muy querida y reconocida por su solidaridad y buen ánimo. Su hermana, Karina Bonardi, relató su faceta solidaria, mencionando que durante sus vacaciones, tejía acolchados y cortinas al crochet, e incluso recolectaba ropa y zapatillas para sus alumnos más necesitados.
La lucha por salvar su vida fue desesperada. Natalia llegó consciente al hospital de San Vicente, pero su condición se agravó rápidamente. Fue trasladada al Policlínico de Guernica y, posteriormente, al Sanatorio Solano. En medio de una compleja cirugía, el médico informó a la familia que Natalia presentaba fracturas en todos los huesos del cráneo, además de fractura de pelvis, hematomas y una hemorragia cerebral. Tras cinco horas de intervención, la víctima sufrió un paro y falleció.

El dolor de la familia es inmenso. Karina Bonardi expresó la desolación de su madre de 81 años y el trauma de sus sobrinos, uno de los cuales vio la bicicleta de su madre tirada en el asfalto al bajar del colectivo. La hermana de la víctima fue enfática al declarar que lo ocurrido “no fue un accidente: fue una imprudencia criminal”.
“Un auto en manos de alguien imprudente es un arma, y con esa arma mató a mi hermana,” afirmó Karina. Para la familia, la pena máxima de uno a cinco años de prisión o inhabilitación para conducir que prevé el delito es insuficiente. Lo que buscan es una “condena ejemplar” para que el responsable pague por la muerte de su hermana y, sobre todo, para que la muerte de Natalia no sea en vano y ella pueda “descansar en paz”.
El clamor por justicia ha unido a la comunidad de Alejandro Korn. Vecinos, incluso aquellos que no la conocían personalmente, han brindado un profundo apoyo, abrazando a la familia y acompañando su pedido de justicia, un gesto que llenó de consuelo el corazón de Karina. La justicia, para los Bonardi, representa no solo un castigo, sino una forma de alivio mínimo ante su inmenso dolor.

















