Guernica .: En el corazón del barrio La Yaya está la plaza de la Virgen. Entre basura, algunos pocos árboles, juegos rotos y calles llenas de baches, ese espacio continúa siendo un sitio de encuentro para los vecinos y uno de los más emblemáticos del distrito por la imagen de la Madre María Itatí que le da su nombre.
Es sábado y es alrededor del mediodía. Dos chicos juegan a la pelota entre bolsas de residuos, botellas, papeles, pañales usados, cartones y vasos de plástico. En casi cada esquina de la plaza, ubicada entre las calles Concejal Capuano y Leandro N. Alem, hay pilas de ramas y basura, que son quemadas por algún vecino; o que simplemente quedan allí, acrecentándose con el tiempo.
Los niños y niñas del barrio ya no tienen dónde jugar porque las hamacas y toboganes están en pésimo estado. Más que trasmitir seguridad, esos juegos dan un aire desolador y abandonado. La madera está despintada, las hamacas descolgadas (se rompieron las cadenas hace quien sabe cuánto) y los toboganes necesitan arreglos.
Continúa el partido entre los dos chicos a lo largo de la plaza. No existen arcos para practicar ese deporte. Hay dos o tres bancos, no hay mesas, dos tachos para la basura pero sin bolsas y menos de una decena de árboles. En verano, el sol quema, por lo que los vecinos deberán esperar hasta tarde para poder acercarse a la plaza, ya que sin árboles en su centro, sólo la figura de la Virgen los provee de algo de sombra.
¿Qué sucede con esta plaza tan importante para los vecinos de La Yaya? ¿Por qué parece la imagen de la desidia más que un espacio de esparcimiento? Su estado recuerda al crimen de Rodrigo Torrez, el chico guerniquense que fue increpado y asesinado el último octubre por reconocidos delincuentes de la zona mientras volvía de una fiesta. Un escenario triste para un episodio trágico.
Las calles aledañas también dejan mucho que desear. Concejal Capuano está destrozada por enormes baches en distintos sectores de la traza. Los colectivos y automóviles que circulan por allí hacen maniobras para esquivarlos, siempre al filo de un accidente de tránsito.
Además de los animales sueltos (caballos y ovejas), nadie parece disfrutar como podría de ese lugar verde y de esparcimiento. Esperemos que la basura, los baches y los juegos rotos sean un reclamo que el Municipio de Presidente Perón pueda atender y colaborar en su pronta solución.