San Vicente | En la jornada de ayer, el Secretario General del Sindicato de Trabajadores Municipales de San Vicente Mauricio Romano, brindó una nota audiovisual en el programa radial InfoFlash, donde trató de sostener –sin éxito- la lucha que viene llevando adelante este gremio por la renovación de contratos de cerca de 50 trabajadores municipales. Y no es que pongamos en tela de juicio la medida y el reclamo, pero las limitaciones del dirigente sindical podrían echar por tierra cualquier acto justo.
Este dirigente, muy allegado al sector de Cambiemos, formó parte de la lista oficial de este partido en 2017 como candidato a concejal, un acto con total falta de ética por parte de un gremialista que, de haber sido elegido como edil, se hubiera convertido en juez y parte a la hora de cualquier reclamo hacia el Ejecutivo.
Es cierto que los partidos políticos buscan el apoyo del sindicalismo cuando van a una elección; y es cierto que ofrecen cargos en las listas a concejales; pero también es cierto que esto es una total falta de ética, tanto de un lado, como del otro. En la mente limitada de estos personajes, no importa si es ético o no, lo importante es generar espacios de poder.
Durante la entrevista, Romano hizo una auténtica apología de la extorsión, cuando contó que aceptó apoyar al Gobierno de Mauricio Gómez a cambio de “unos pases a planta de unos compañeros”. Y sin ponerse colorado.
Ya sabemos que los actos de Romano y su gente siempre están reñidos con la ética, sino recordemos cuando hace un par de años cerró con cadenas y candados el único acceso al Municipio, privando de la libertad a decenas de personas que se encontraban en el Palacio Municipal. Hoy no dudó (si es que se dio cuenta) en ponerse a la opinión pública en contra.
¿Lo que reclama el sindicato es justo? Creemos que sí, pero los métodos utilizados para la protesta están bien lejos de ser justos. En la jornada de hoy, los manifestantes cruzaron una línea cuando tomaron la determinación de quemar cubiertas de autos en cuatro puntos del centro sanvicentino, creando un verdadero caos para los vecinos, o sea los contribuyentes, en definitiva, la gente que paga impuestos para que ellos puedan cobrar en tiempo y forma.
Las protestas comenzaron con una presencia frente al Municipio, que luego se convirtió en un acampe. Días más tarde tomaron las instalaciones del Palacio Municipal, no dejando salir a trabajar a los choferes de vehículos en varias áreas. Todas medidas medianamente aceptables, pero quemar neumáticos -afectando a decenas de comerciantes y transeúntes- fue un acto desesperado y sin sentido.
El sindicato reclama la incorporación de 52 trabajadores. En realidad, la gestión Mantegazza no le renovó el contrato a cerca de 100 trabajadores, de los cuales 52 son afiliados a este gremio y por los cuales reclama. 21 de estos empleados contratados tienen más de un año en esa condición, por lo que el gremio aduce que tendrían que haber pasado a planta. Los 31 restantes habían estado contratados menos de un año, pero por lo que se desprende de las contradictorias declaraciones de Romano, están reclamando “sensibilidad” por parte del Ejecutivo.
En la entrevista, el gremialista también acusó a Mantegazza de “estar tomando nuevos empleados en vez de reincorporar a los que realizan la protesta”, aunque al ser interrogado por las conductoras Natalia Garay y Karina Barrientos sobre las pruebas que tenía, escapó por la tangente y no contestó la pregunta.
Está perfecto que exista un sindicato que proteste y reclame por sus trabajadores, pero que lo haga sin perjudicar a quienes no tienen nada que ver con este universo. Es exactamente lo mismo que cuando los vecinos cortan una ruta o una vía por falta de energía eléctrica, perjudicando a miles de personas que –en muchos casos- sufren la misma situación. ¿Quieren molestar a Mantegazza? Háganlo, pero no le rompan las pelotas al prójimo.
Fotografía principal: Noticias de Empalme San Vicente.