San Vicente | Tras cuatro años de estudio y prácticas, la joven alejandrina Gabriela Rivadeneira dejó de ser cadeta y se convirtió en bombera. Ocurrió en el cuerpo de Bomberos Voluntarios de San Vicente, que desde hace años viene promocionando a jóvenes bomberos, pero hasta el momento, ninguna mujer había tenido ese honor.
Al Sur Web dialogó con la oficial ayudante Soledad Barraza, quien también tiene a cargo la Escuela de Cadetes del cuartel central. Además fue la impulsora del ingreso de mujeres a la escuela y, por supuesto, la formadora de “Gaby”, como la conocen sus compañeros. “En la Escuela de Cadetes se inscriben adolescentes de entre 12 y 17 años para seguir la carrera de bomberos. Cuando cumplen 18, se les toma un examen y, de aprobarlo, pasan a ser bomberos activos”, explicó Barraza con un tono de maestra.
“En la escuela solamente se permitía la inscripción de varones, pero en 2016 hice un pedido para que se pudieran anotar chicas, y la jefatura lo aprobó. Recuerdo que en ese año se inscribieron seis chicas que, por distintos motivos fueron abandonando la carrera, salvo Gaby, que se convirtió en la primera mujer egresada de esa escuela y la única que quedó de esa primera camada”, sumó la bombera Barraza, una de las 10 mujeres con la que cuenta el cuerpo.
Con respecto a Gabriela, su instructora afirmó que “siempre fue callada y muy responsable en todas las tareas. Siempre tuvo bien en claro que quería llegar a ser bombera, y era muy dedicada y segura de lo que quería llegar a ser”. Gabriela ingresó a la escuela con 14 años y cursó durante tres años y 11 meses, hasta que rindió el examen. Esta semana tuvo su primera salida y fue recibida eufóricamente por sus compañeros.
“La verdad que fue una experiencia única. Después de tanto tiempo en la escuela y vivir lo que es ser bomberos solo a través de las prácticas y capacitaciones, poder asistir a las salidas es genial. Son un montón de sentimientos encontrados. Aparte, la ayuda que brindan los demás bomberos a través de su experiencia, te hace sentir muy segura”, le contó a este medio la joven egresada.
«Mi bautismo fue una experiencia única. Después de tanto tiempo en la escuela y vivir lo que es ser bomberos solo a través de las prácticas y capacitaciones, poder asistir a las salidas es genial».
El examen final lo rindió el 21 de agosto pasado y el 27 de octubre fue autorizada a cumplir funciones. “Mis compañeros me bautizaron en mi segunda salida. Recuerdo que fue un incendio de campos detrás del Polideportivo Padre Mugica, y fue una de las mejores experiencias”, finalizó.
La Escuela de Cadetes de Bomberos funciona los días sábados en el cuartel central de San Vicente, ubicado en avenida San Martín 171 entre Simón Bolívar y Juan José Paso. Allí chicos y chicas se forman en lo profesional, para convertirse en abnegados servidores públicos, que ponen en riesgo su integridad física en casa salida, en cada incendio o en cada auxilio al que deben acudir, sin pedir nada a cambio. Solamente con la certeza de ayudar al prójimo.