Desde el año 2019, San Vicente se ha consolidado como un distrito libre de pirotecnia sonora. A través de una ordenanza impulsada por el Ejecutivo municipal y sancionada por el Concejo Deliberante, se estableció una regla clara: priorizar la salud y el bienestar de la comunidad por sobre el ruido.
¿Qué dice la normativa vigente?
La ordenanza prohíbe estrictamente la comercialización y el uso de todo artefacto pirotécnico que genere efectos audibles de estruendo o estampido.
Elementos prohibidos: Petardos, fósforos, baterías, volcanes, morteros, bombas, foguetas, tortas y cañas voladoras que produzcan ruido.
Alcance: La norma rige en todo el distrito, abarcando San Vicente, Alejandro Korn, Domselaar y la zona rural.
Infracciones: Quien utilice o venda estos productos, incluso si fueron adquiridos en otros distritos, está incumpliendo la ley.
Por el contrario, sí está permitida la pirotecnia lumínica que no genera ruidos sensibles, como bengalas, estrellitas, los clásicos «chaski boom» y tortas de luces sin estruendo.
El peligro de la venta clandestina
A pesar de la prohibición, aún se detectan detonaciones en diversos puntos del distrito, lo que evidencia la existencia de comercios que operan en la clandestinidad. Es fundamental que el Municipio actúe con firmeza detectando a estos infractores.
Las sanciones no son menores:
Multas económicas para usuarios y comerciantes.
Decomiso y destrucción inmediata de la mercadería prohibida.
Clausura de los locales que ofrezcan estos productos.

Una cuestión de empatía: ¿Por qué es importante cumplir?
Más allá de la legalidad, el control de la pirotecnia sonora es un acto de humanidad. El estruendo no es un festejo para todos; para muchos sectores de nuestra sociedad, representa un momento de profundo sufrimiento.
Personas con TEA y otros trastornos: Quienes poseen hipersensibilidad auditiva perciben los ruidos de manera amplificada, lo que puede derivar en crisis de ansiedad, pánico y dolor físico extremo.
Adultos mayores: Los ruidos repentinos y violentos pueden afectar su salud cardiovascular y generar cuadros de desorientación y estrés.
Mascotas y fauna local: El oído de los animales es mucho más sensible que el humano. El pánico causado por las explosiones provoca huidas, accidentes viales y, en casos graves, paros cardíacos.
El control de la venta clandestina no es solo una tarea de los inspectores municipales; es una responsabilidad ciudadana. Elegir pirotecnia fría (luces) o simplemente evitar el ruido es una forma de respetar el derecho del otro a pasar unas fiestas en paz. Un San Vicente verdaderamente inclusivo se construye con empatía, dejando atrás los estruendos que lastiman a los más vulnerables.
Ante comercios que vendan pirotecnia sonora, se los podrá denunciar al número 147 del COP municipal.

















