San Vicente.: Proteccionistas, biólogos e investigadores recorrieron el pasado viernes el área natural de la Laguna del Ojo para comenzar con los estudios de delimitación de la línea de la ribera y realizar un relevamiento sobre la fauna y flora. “Han pasado muchas gestiones pero la realidad es que en el distrito nunca existió una política ambiental”, criticó el colectivo de Vecinos Autoconvocados en Defensa de la Laguna (VADL).
Ante el avance del desarrollo inmobiliario, el cual se presume que está instalado sobre el humedal del espejo de agua, los vecinos convocaron a la comitiva técnica del proyecto de extensión “Apoyo al Desarrollo Territorial” de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de Lomas de Zamora, la ONG Pilmayqueñ y el Movimiento Reserva Natural Santa Catalina.
Los investigadores y voluntarios estudiaron el terreno para aportar datos sobre las comunidades vegetales representativas, con baja cota y alcanzadas por las máximas crecidas, lo que constituye información fundamental para delimitar la línea de la ribera.
Sin embargo, esta demarcación sólo puede estar determinada por la Autoridad del Agua (ADA) junto al Organismo Provincial de Desarrollo Sostenible (OPDS). La idea es ofrecer un estudio preliminar y un mapa de la extensión de los humedales, para que las “autoridades actúen cuanto antes y adopten una postura férrea y más exclamativa a favor de los últimos remanentes de naturales que aún quedan”, según explicó uno de los biólogos presentes Alberto De Magistris.
Otro de los puntos que destacó fue “la sorprendente diversidad de aves”, lo que consideró “un ejemplo del valor de conservación del área”. “La conclusión es contundente: hay biodiversidad, función hidrológica, servicio ecosistémico, normativa protectora y conocimiento de este panorama por parte de los funcionarios. No admitimos que se coloque al ambiente en competencia con los intereses inmobiliarios”, rechazó el investigador.
“Esto recién comienza. Todavía falta hacer varias mediciones pero la idea es tener el estudio cuanto antes. Han pasado muchas gestiones pero la realidad es que en San Vicente nunca existió una política ambiental”, agregaron desde el colectivo de vecinos.
Barrio privado
A pesar de las medidas administrativas y la clausura de la obra por parte del Municipio, el grupo de VADL aseguró que los desarrolladores continúan con los trabajos en el terreno con “total impunidad”. “La realidad se ve cuando pasas por Rivadavia. Cada vez hay más pilares de luz y abren calles. No hay movimiento con maquinaria pesada como antes, pero puede verse gente trabajando”, describieron.
La polémica comenzó hace algunos meses con la instalación del emprendimiento, cuyos desarrolladores rellenaron parte del lugar y lo lotearon para su venta, sin autorizaciones municipales ni provinciales. Los residentes aledaños a la Laguna temen por el impacto medioambiental de llevar a cabo estas tareas, ya que podría traducirse a futuro en zonas inundadas y la desaparición de la fauna y la flora.