Segunda parte .: La educación es imprescindible para mantener una vida sexual sana y satisfactoria. Si tenemos la información suficiente, como consecuencia de incorporar conocimientos de fuentes seguras y dinámicas, seremos nosotros mismos quienes sabremos cómo evitar la contracción de las enfermedades que se transmiten por esta vía (ETS).
La sexualidad, como fuente de amor y erotismo, requiere un enfoque positivo y respetuoso. Una característica que avala el cuidado del otro y del sí mismo es la realización de los exámenes previos a mantener relaciones íntimas, lo que permitirá protegerse mutuamente de la enfermedad y de la programación conjunta de “una familia”.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un millón de personas contraen cada día una infección de transmisión sexual, así como enfermedades asintomáticas (sin síntomas) en la mayoría de los casos. Estas patologías pueden multiplicar por tres las probabilidades de contraer otras afecciones como el VIH-SIDA.
Los virus, bacterias y parásitos que se transmiten por contacto sexual están vinculados a infecciones que inciden seriamente en nuestra salud psicofísica. Si hay diagnóstico de ETS, vos y tu pareja deben recibir tratamiento al mismo tiempo.
La formación sobre la diferencia anatómica de los sexos o la posibilidad de no acceder a una maternidad o paternidad temprana, alcanzará su máximo espacio de diálogo y de conocimiento a nivel familiar.