En el día de ayer, intendentes e intendentas de la Tercera Sección Electoral se reunieron a través de una videoconferencia, en donde aunaron criterios con respecto a las medidas a tomar en esta nueva etapa de la cuarentena decretada por el Gobierno de Alberto Fernández a raíz de la pandemia de COVID-19.
De esta reunión virtual participaron los jefes y las jefas comunales de Almirante Brown, Avellaneda, Berazategui, Berisso, Cañuelas, Esteban Echeverría, Ensenada, Ezeiza, Florencio Varela, La Matanza, Lomas de Zamora, Presidente Perón, Punta Indio, Quilmes y San Vicente.
Los mandatarios ratificaron su apoyo a las últimas medidas impulsadas por Fernández y el gobernador bonaerense Axel Kicillof, al expresar que son medidas que preservan la vida y la salud de los argentinos, sin dejar de lado la búsqueda de herramientas económicas para paliar las consecuencias sociales.
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Según se informó, este grupo de intendentes transmitirá mañana al Gobierno provincial, las solicitudes recibidas de parte de las cámaras de industria, comercio y los representantes locales para la evaluación de la apertura de comercios y actividades productivas en cada uno de los distritos.
Al respecto señalaron que, cualquier tipo de apertura se realizará con observación plena de los protocolos sanitarios y con previa evaluación de las tasas de contagio en cada uno de los distritos.
También se definió que, en tanto la Provincia de Buenos Aires no defina una nueva modalidad en cuanto a las medidas de aislamiento, todas las medidas actuales continúan vigentes en los distritos de la tercera sección.
Por lo tanto, aclararon que no se flexibilizará ninguna restricción de apertura de comercios y actividades productivas, ni se permitirán nuevas excepciones de circulación. Es decir que, mientras cada gobierno municipal no comunique lo contrario, todas las medidas de aislamiento continuarán igual que hasta ahora.
Los jefes comunales participantes de la reunión se mostraron preocupados ante las medidas anunciadas por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con respecto a la apertura de nuevos comercios.
Según manifestaron, tal situación resulta riesgosa para todo el AMBA dado que implica mayor movilidad y por lo tanto, teniendo en cuenta que muchos de los trabajadores y trabajadoras de esos comercios residen en distritos del Gran Buenos Aires, una mayor probabilidad de circulación comunitaria del virus que puede reducir la capacidad de control sobre la tasa de contagio.