Guernica | Luego de la confirmación que los cuerpos hallados carbonizados e irreconocibles en una camioneta incendiada en la localidad de Guernica no pertenecían a Lautaro Morello (18) y Lucas Escalante (26), los dos jóvenes que se encuentran desaparecidos desde el viernes pasado en Florencio Varela, la policía se enfocó en otra hipótesis para dilucidar el caso.
La línea investigativa se centra ahora en otros dos jóvenes de la región, cuyas familias no saben nada de ellos desde el pasado sábado. Se trata de Silvio Vitullo y Diego Segura. Fuentes extraoficiales aseguran que la esposa de Vitullo habría reconocido como propiedad de su marido, el anillo encontrado en las cenizas de la camioneta Citröen Berlingo donde se hallaron los cuerpos. No obstante, se esperan las pericias de la Policía Científica para dar el comunicado oficial.
Las dos víctimas fueron halladas el domingo por la mañana en un camino de tierra (calle Chivilcoy), que une la Ruta Provincial 16 (Camino de La Lata) con la avenida Néstor Kirchner en el Paraje la Lata en la zona rural de la ciudad de Guernica. Los dos cuerpos se encontraban irreconocibles, detallaron los investigadores del caso.
Pocas horas después del hallazgo, un primer peritaje determinó que los cadáveres correspondían a dos hombres, en principio, mayores de entre 30 y 40 años. En ese momento se descartó que fuesen Morello y Escalante.
Según información oficial, ayer, al no tener noticias de su marido, la esposa de Diego Segura, Joana, realizó la denuncia en la Comisaría Cuarta de Almirante Brown, con asiento en Longchamps, lugar donde se encuentra el taller mecánico donde su marido –de 30 años- trabajaba junto a Vitullo.
Joana confirmó que el pasado sábado a las 9 de la mañana, Segura partió desde su casa en Alejandro Korn a bordo de su automóvil Volkswagen Gol con rumbo al taller de Longchamps. Lo que sucedió después de que Vitullo y Segura se fueran del taller mecánico es un misterio. No hubo comunicaciones entre los mecánicos y sus familias.
A las 13 de ese día, Joana llamó al teléfono celular de Vitullo para recordarle de la fiesta sorpresa para celebrar el cumpleaños número 30 de su esposo, pero no se pudo comunicar porque el móvil estaba apagado.
Comenzaron a pasar las horas y ni Vitullo ni Segura aparecían, por lo que Joana se apersonó en el taller mecánico, advirtiendo que el auto de su esposo estaba en el lugar, sin embargo no estaba el de Vitullo, un Peugeot 504.
Desesperada por la situación, Joana fue hasta la casa del hermano de Vitullo para saber si sabía algo. El hombre le dijo que se había comunicado telefónicamente con su hermano, y este le había dicho que tenían que ir hasta la localidad de Monte Grande, para ver un trabajo. Fue lo último que se supo de los dos muchachos.