Cuando el vínculo entre padres e hijos es importante, próximo y cálido, generará que la autoestima de su hijo pequeño se acreciente a medida que él vaya creciendo.
La autoestima genera que la percepción emocional que el niño tenga, determine «quererse a sí mismo»; y en relación al entorno que lo circunda, recibir la estimación, agrado y afecto, de los demás. Se trata de la estima por sí mismo y concomitantemente, la recepción de la estima de los otros.
Este vínculo -que debe ser fuerte y sólido- mantiene en el niño seguridad y confianza en sí mismo, lo que posibilitará hacer frente ante las frustraciones, los equívocos y las vicisitudes de la vida.
Los abrazos y el contacto físico con el bebé son instrumentos fundamentales, es el vital alimento que disponemos para hacerlos sentir seguros, tranquilos y amados. Cuando un niño llora, sufre, y nadie mejor que mamá y papá para calmarlo y hacerlo sentir muy querido.
El importante que el padre también alce y acune al bebé cuando se encuentre en casa, lo que reforzará sus sentimientos de ternura, que hará sentir más cercano a su hijo y más próximo a su compañera.