Alejandro Korn .: Esta mañana, la zona de las paradas de colectivos en la estación férrea de Alejandro Korn era un caos. Muchos usuarios se quejaban por tener que esperar los colectivos bajo la lluvia o a varios metros de las paradas, que no existen.
La Municipalidad de San Vicente puso en marcha –hace exactamente una semana- el cronograma nuevo de circulación en la zona aledaña a la estación de trenes. Todo venía más o menos bien hasta que… llovió.
Cuando se encara un cambio de esta índole hay que tener todo en cuenta. ¿A nadie se le pasó por la cabeza que podía llover y que los usuarios iban a quedar a la intemperie mientras esperan los colectivos? ¿No hubiera sido más correcto esperar una o dos semanas más para poder construir refugios y que la gente no se moje?
Pero este no es el único problema que presenta el cambio implementado. El fin de semana no hubo control del área de Tránsito municipal y el estacionamiento fue un caos. La zona donde deben estacionarse los colectivos a la espera de su horario de partida fue invadida por autos particulares. Como consecuencia, los micros no tenían lugar para parar y lo hacían en doble fila, un retroceso a las viejas épocas de caos para poder circular por este tramo.
A esto se sumó que los comerciantes de la calle San Martín, entre Lorenzini e Independencia, están que trinan porque no se los tuvo en cuenta a la hora de armar el nuevo cronograma. Durante el último año del gobierno de Daniel Di Sabatino, el HCD había aprobado una ordenanza similar a la reglamentada durante la semana pasada, aunque nunca se puso en marcha (en aquella oportunidad por queja de los comerciantes).
Esa ordenanza establecía que los micros que circulaban desde Guernica hacia San Vicente o Brandsen deberían ingresar a la ciudad por Independencia y girar a la izquierda por San Martín hasta tomar Lorenzini. ¿Por qué no se hizo lo mismo? ¿Por qué era una medida disabatinista?
Cuando el Ministerio de Transporte de la Nación comenzó con las obras sobre las calles Sagarra/Lorenzini, entre Presidente Perón y Uruguay, el Municipio informó que se iba a levantar todo el tramo y se iba a hacer a nuevo. Por queja de los comerciantes, que adujeron que esto iba a perjudicar las ventas de fin de año, tomaron la decisión de asfaltar primero el tramo entre Presidente Perón y San Martín, dejando para los primeros días de enero de este año el otro tramo.
Al retomar las obras, sólo reemplazaron algunas losas de Lorenzini, entre San Martín y Uruguay; y no se asfaltó todo el tramo a nuevo como se había anunciado. Lo más insólito es que en toda la bocacalle de Lorenzini y San Marín, dejaron las dos losas totalmente rotas y que ya comenzaron a hundirse y formar un molesto pozo.
Muchachos: muchos municipios tienen un área que se llama Planeamiento y es muy útil para estos casos.