San Vicente | San Vicente es un municipio centenario repleto de calles arboladas y antiguas veredas, al igual que Korn y Domselaar. Algunas son nuevas y formidables; otras preservan el viejo estilo de hacerlas con ladrillos. El problema es que muchas ya están deterioradas, algunas por el paso del tiempo, y otras por la implacable acción de las raíces de los añosos plátanos.
Así se presenta la necesidad de reparar las veredas y lograr mejorar la accesibilidad en el tránsito peatonal, y además la posibilidad de fortalecer a los actores de la economía local. Sin dudas, las veredas son el principal espacio de circulación peatonal, y su adecuado mantenimiento garantiza un tránsito sin mayores inconvenientes y permite que los vecinos caminen por la calle sin peligro de caídas, sobre todo en las personas con movilidad reducida
En el centro de San Vicente existen cientos de veredas en mal estado. Muchas han sido reparadas por los frentistas, manteniendo su histórico formato original de ladrillos, como el caso del Restaurante Buona; y otros además le agregaron bicicleteros como el restaurante San Vicente Central.
Diversos municipios del país como Esquel entendieron que promocionar mejoras en la infraestructura de la ciudad significa promover mejores condiciones en el tránsito, la revitalización de las zonas que se intervengan y brindaría mayor seguridad a los peatones que circulan por las veredas.
En el caso de San Vicente el municipio construyo cerca de 40.000 metros cuadrados de veredas en el perímetro de la Vieja Estación, y reconstruyó las veredas de la Escuela Primaria 1 y otras del casco histórico, pero es mucho lo que hay por hacer, especialmente en frentes particulares.
Se necesita un plan de mejoramiento y conservación de las veredas del distrito que sume la participación de vecinos y comerciantes, estableciendo criterios funcionales y estéticos, que junto a la revitalización de los barrios brinde una mejor imagen y limpieza, facilitando la transitabilidad de las veredas para las personas que circulan, especialmente la de los adultos mayores.
Esto posibilitará la reactivación de puestos de trabajo genuino, relacionados con la construcción, tanto a través de la contratación de cooperativas de trabajo para la ejecución de la obra, como la una eventual alternativa de adquirir baldosas de producción local.
El financiamiento de las obras se podría desarrollar con las condiciones y formas de pago beneficios o de reducción de impuestos que implique una forma fácil y de real posibilidad de acceso para los vecinos.
Avanzar en un plan de veredas transitables para todos y generar una estética urbana más agradable significará una ciudad más turística, fácil de «caminar» y descubrir.