San Vicente | Hace un poco más de dos semanas, la Municipalidad de San Vicente anunciaba con bombos y platillos la vuelta de los controles de tránsito, dirigidos especialmente a sacar de circulación los motovehículos que transitan el distrito fuera de reglamentación, me atrevo a decir, un 90 por ciento de las motos que circulan. Hasta el momento, todo continúa igual.
¿Cuál es el motivo por el cual al Municipio le cuesta tanto terminar con este flagelo que atormenta a grandes y a chicos. Las personas con autismo –especialmente- sufren los terribles ruidos que emanan de estos vehículos, que circulan con caños de escapes libres, entre otras infinidades de infracciones, como circular sin patente, sin casco, sin luces o sin espejos.
Si bien el accionar de estos infradotados no se limita a algún día en especial, los sábados y los domingos se acrecienta el bullicio ocasionado, especialmente en los cascos céntricos de las ciudades de Alejandro Korn y San Vicente; y en la zona de la Laguna del Ojo, donde los vecinos ya no saben a quién reclamar para que la Secretaría de Protección Ciudadana haga algo.
Estas personas inescrupulosas no solamente ponen en riesgo la salud mental de quienes no soportan los ruidos molestos, sino que también ponen en peligro su integridad física y la de terceros, al circular a altas velocidades o realizando “piruetas” con sus vehículos.
Ahora, la nueva moda es que los jóvenes con sus motos y sus autos utilicen la avenida Biocca (entrada principal a la Laguna del Ojo) como pista de carreras y de discoteca, haciéndole la vida imposible a los frentistas de esa arteria, que tienen que soportar hasta altas horas de la noche la música alta y las explosiones de los caños de escapes libres.
Es hora de que la titular del área, la señora Mabel Rojas, de la cara y le ponga el pecho a las balas. Y si no se siente capacitada para estar al frente de una secretaría tan importante, que renuncie y deje el lugar para que una persona capacitada y con ganas de trabajar, asuma su puesto.