San Vicente | Esta mañana recibimos en nuestra redacción una carta documento firmada por Carlos Mauricio Romano, Secretario General del Sindicato de Trabajadores Municipales de San Vicente (STMSV), objetando una nota publicada por este medio el sábado pasado. Esta nota, de tinte policial, daba cuenta de tres personas detenidas por la policía por amedrentar a trabajadores de una cooperativa dedicada a la recolección de residuos.
Los hechos habían ocurrido el viernes pasado, en el marco del paro general decretado por ese gremio, cuando varias personas se presentaron en la sede de la cooperativa, ubicada en la calle Bolívar entre Yrigoyen y Berutti, para persuadir a los trabajadores a no salir a realizar la recolección de los residuos domiciliarios. Al llegar la policía, estas personas subieron a bordo de varios vehículos y partieron del lugar.
Más tarde, uno de los automóviles intervinientes fue avistado por la policía, quien lo interceptó y detuvo a sus tres ocupantes, identificados como Eduardo Roberto Ramírez (45), Luis Omar Fernández (42) y Maximiliano Lucas Ramírez. También secuestraron del vehículo una cuchilla del tipo carnicero y una barra extensible metálica, según señalaba el informe policial.
Más allá de intuir que las personas detenidas en ese momento pertenecían al STMSV, nunca volcamos esa información en la nota. Primero para resguardar a la institución gremial; y segundo, porque el informe policial no lo establecía. Siempre, los informes de este tipo lo hacemos con certezas y no con elucubraciones.
Lo cierto es que, en su universo de ignorancia, Romano entendió que la nota trataba de un ataque al gremio que –repito- nunca fue nombrado en el informe que elaboramos. Solamente seguimos la línea informativa con los datos obtenidos.
Pero este ataque la libertad de expresión no es casual. Este sindicato, que ha tenido a su frente a personas honorables como Carlos Pedraja, Carlos Vergara, Jorge Aybar, Juan Vignale o Raúl Alberdi, entre otros, está transitando su peor momento, a partir de la designación de Romano como Secretario General, que ha sabido rodearse de un grupo de personas de cuestionable ética. Dios los cría y el viento los amontona.
Hechos ocurridos en los últimos años exponen a Romano y su modus operandi a la hora de protestar. Sino recordemos cuando encerró a empleados municipales y vecinos dentro del Palacio Municipal, colocando una cadena con candado, durante el gobierno de Mauricio Gómez; o cuando ingresó intempestivamente al edificio comunal con bombos a realizar una protesta.
Pero el hecho más curioso ocurrió esta semana, con la votación del Presupuesto Municipal, lo que demuestra las dos caras del sindicato. Romano y su séquito se mostró inflexible ante la propuesta de aumento que ofreció el Municipio para el año próximo, pero este lunes la concejala Romina García (Frente de Todos) votó a favor de la aprobación del mismo. Usted se preguntará que tiene de raro esto. García pertenece al STMSV y sin embargo votó a favor del presupuesto cuestionado por Romano.
Por esta vez vamos a dejar pasar -judicialmente- este claro ataque a la libertad de expresión. No porque tengamos miedo ni mucho menos, sino para no perjudicar a un montón de personas honorables que continúan en el gremio y que, seguramente, no comparten el accionar de su cúpula. También vamos a estar a disposición (como lo hicimos siempre) de los trabajadores municipales, cuando sus derechos sean vulnerados, pero siempre remarcando esta tipo de acciones rayanas con lo delictivo.