San Vicente .: Gran parte de nuestra vida es regida por la bancarización. Pagamos impuestos, hacemos transferencias o simplemente sacamos dinero de las entidades bancarias que “funcionan” en nuestras ciudades.
Hasta hace unos años atrás, los sanvicentinos dependían solamente de las dos sucursales del Banco Provincia (BaPro) de las ciudades de San Vicente y Alejandro Korn, que gran parte del mes se encuentran abarrotadas de usuarios. Con la llegada de la sucursal del Banco Santander Río muchos pensaron en que llegaba la solución, pero nunca estuvieron más alejados de la realidad.
Muchos vecinos y comerciantes abrieron una cuenta en esta entidad privada, con la ilusión de no perder tanto tiempo cada vez que tenían que realizar una transacción, pero expectativa y realidad casi nunca van de la mano.
A más de tres años de su inauguración, la sucursal San Vicente del Santander Río deja mucho que desear, sobre todo con lo que respecta al funcionamiento de los cajeros automáticos y las terminales de autoservicio.
Hay que tener mucha suerte para encontrar a uno de los dos cajeros que funcione correctamente. Si no están fuera de servicio, no tienen dinero o entregan cifras redondas (500, 1000, 1500, etc.); y varias veces en la semana ponen un cartel en la puerta anunciando que todo el sistema se encuentra caído.
Las terminales para realizar otro tipo de transacción, como depósitos de cheque y efectivo, siempre tienen un problema. Si no entregan tickets, directamente no funcionan. Y esto pasa todos los días.
No vaya a quedarse sin efectivo un fin de semana porque tendrá que viajar a Burzaco o Adrogué para poder conseguir otra sucursal, aunque en el mercado ChangoMas existe un cajero de la red Banelco que puede sacarlo del apuro. Eso sí, en el horario de atención al público de este comercio.
Los que continúan en el BaPro tienen un poco más de suerte. La atención por cajero humano ha mejorado bastante aunque tiene sus días, pero los usuarios de la Red Link cuentan con los cajeros automáticos suficientes para realizar sus transacciones.
A veces el sistema nos vende espejitos de colores y nos hace creer que lo privado es más efectivo, pero en este caso, queda demostrado que no.