San Vicente .: Los alumnos de la Escuela de Educación Secundaria Agraria 1 de San Vicente proyectan que se realicen jardines comestibles. “Es nuestro objetivo lograr que se destine una parte del jardín de las viviendas para realizar una huerta y que las hortalizas puedan convivir con las ornamentales”, explica el profesor de Ricardo Alberro.
Esta iniciativa cuenta con el acompañamiento del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) San Vicente mediante el programa Pro Huerta. Entre sus objetivos, también buscan ayudar a la economía familiar a través de las huertas, reinsertarlas en los hogares de los vecinos de la comunidad, generar cooperativamente espacios de asesoramiento para la construcción o mantenimiento de los emprendimientos familiares.
Para ello, los futuros agrónomos quieren demostrar que pueden convivir ornamentales y hortalizas en un mismo espacio en el jardín, sin detrimento de ninguno de los dos. En esta tarea se combinan plantas aromáticas que le dan al jardín un perfume especial sumando pequeños arbustos de lavanda. Así las aromáticas sirven como repelentes naturales a plagas, como otro beneficio a su combinación.
También realizan espalderas con distintas combinaciones de calabacines coloridos o distintos tipos de arvejas porotos dependiendo de la estación del año. Las flores, sobre todo de color azul, amarillo o blanco, atraen a los insectos polinizadores esenciales para conseguir buenas cosechas como ser tomates, berenjenas, calabazas o pimientos.
Para el profesor de la Escuela Agrotécnica de San Vicente la importancia del desarrollo de las huertas familiares se encuentra en la “adquisición de una dieta equilibrada, por lo cual se alienta y apoya a las familias para crear huertos para promover una nutrición más adecuada”.
“La combinación de plantas ornamentales con hortalizas poseen acciones prácticas como la atracción de insectos benéficos, enemigos naturales de plagas o polinizadores; y combinaciones estéticas, como por ejemplo las lechugas con sus distintos tonos de colores y distintas texturas (lisas rizadas)”, indicó Alberro.
Además explicó que “pueden ser un fondo sobre el que destaquen otros colores como el naranja o amarillo de las caléndulas (que en los tablones de tomate, repele los gusanos del tomate) o el azul de las borrajas (las cuales también son comestibles) con un resultado estético comparable al de cualquier jardín tradicional”.
Alberro, asimismo, destacó que el proyecto constituye “una participación comprometida con otras instituciones”, lo que propicia “un trabajo en red, dictar charlas de asesoramiento y/o curso a la comunidad para que puedan construir sus huertas familiares, incentivar a los compañeros y familiares a armar su huerta familiar, ayudar mediante la huerta a equilibrar los requerimientos nutricionales de la familia e intermediar con entidades oficiales la entrega de semillas para quienes armen sus huertas”.
Por su parte, el jefe del INTA San Vicente, Leonardo Davies, remarcó que “es clave que apoyemos la producción de alimentos del Área Metropolitana de Buenos Aires, ya que se trata de productos que están más cercanos, más a la mano y que generan precios más accesibles ya que posibilitan que lo producido llegue a la mesa con menos costos de fletes que encarecen su valor”.
Equilibrada
Los huertos que producen diversos alimentos nutritivos pueden ayudar a los estudiantes, personal escolar y las familias a unir el cultivo de alimentos y una dieta adecuada. Las prácticas de horticultura, combinadas con un buen consumo de comidas diarias, pueden ayudar a promocionar una mejor nutrición.
“Con una mirada tanto en las actividades como en el aprendizaje teórico, los huertos escolares ayudan a la nutrición y la seguridad alimentaria”, según establece el documento con los fundamentos de Jardines Comestibles.
Esta propuesta, expuso Alberro, se presentó recientemente en la feria de ciencias y en la Facultad de Ciencias Agraria (FCA) de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ) donde ganó y logró una subvención para una parte del proyecto.
“Los beneficiarios serán familias de bajos recursos principalmente, aunque también se incluirá a aquellas que desean mejorar su calidad de alimentación, cultivando sus propias verduras dado que muchas no poseen una alimentación equilibrada y que, por razones económicas, consumen pocas verduras”, afirmó el profesor.
En todas las etapas contarán con el respaldo de docentes de la EEA 1 de San Vicente y de la FCA UNLZ como así también con el asesoramiento del INTA San Vicente a través del programa Prohuerta, que proveerá las semillas.
Además de semillas, entre otros materiales, para lograr el producto final utilizarán speedling bandejas de germinación, sustrato speedling, madera para almácigos elevados, varilla de construcción y nylon para túneles.
Alternativas
Como broche se realizarán jornadas consensuadas entre los intervinientes para continuar con el apoyo al desarrollo de sus producciones: “En el caso que las familias posean sobrantes de sus producciones, podrán realizarse ventas en ferias soberanas para incorporar recursos económicos para solventar otro tipo de gastos”, sumó Alberro.
“Es muy importante que las familias puedan organizase para lograr alternativas, y obtener mejoras mediante capacitaciones que les permita un óptimo manejo de su producción mediante el cultivo de estos jardines comestibles”, señaló Davies y agregó que la importancia es que los alumnos puedan, luego, brindar “capacitaciones tanto a las familias como a facilitadores quienes ayudarán a distribuir este conocimiento en otros ámbitos”.
Participan de este proyecto los alumnos Ariana Melchor, Bárbara Ortiz, Ayelén Adams y Lucas Olivera. Alberro agradeció el acompañamiento de la directora de la escuela, Silvia Amarillo; la jefa del área vegetal, Adriana Gallardo; el decano de la FCA UNLZ, Carlos Rossi; el vicedecano de la FCA UNLZ, Javier Vázquez; el secretario de Extensión de la FCA UNLZ, Ernesto Benavidez; el director del INTA AMBA, Gustavo Tito; ODL INTA Lomas de Zamora; a los docentes de la Agraria 1, los compañeros de primero y quinto año (materia Oleaginosas) y a la familias.