Alejandro Korn | Seguramente la gran mayoría recordamos el caso del niño Santiago Veer, que en mayo de 2014 fue atacado por un perro de raza pitbull, quien le arrancó la vida. El caso del pequeño de 2 años tomó trascendencia en los principales medios nacionales.
También recordamos el fallo del Tribunal Oral en lo Criminal 4 de La Plata, quien condenó a Horacio González (dueño del animal) a 8 años de cárcel, sentencia que fue apelada por su defensa. Un año más tarde, el Tribunal de Casación Penal bonaerense confirmó la condena, pero González apeló nuevamente y hoy, continúa inexplicablemente en libertad.
Y tildamos la situación de inexplicable por el tiempo que la “Justicia” se está tomando para expedirse sobre la segunda y última instancia de apelación que tuvo González, que hoy ya no vive en Alejandro Korn y que es muy posible que se profugue en caso de que se confirme la condena.
Judiciales | Condenaron a Ariel Heine a 14 años más de prisión.
Santiaguito jugaba en la vereda de su casa, cuando se acercó a un automóvil abandonado, en cuyo interior González había dejado atado al perro, que atacó y mató al niño.
González “conocía de la peligrosidad del animal cuyo cuidado tenía a su cargo”, pero “sin embargo, pese a todo y habiendo tenido experiencias adversas en lo que concierne al comportamiento de otros ejemplares de la misma raza, dejó a un pitbull allí amarrado, sin bozal, con una soga de metro y medio y con la puerta del automóvil abierta, a punto tal que hasta puso un tacho con agua para que el perro pudiera hidratarse, representándose la posibilidad de que el perro ataque a un niño y sabiendo de antemano el probable desenlace de ese encuentro”, indicaba el fallo del tribunal platense.
El Tribunal estuvo compuesto por los jueces Julio Alegre, Emir Caputo Tártara y Juan Carlos Bruni. Mientras los dos primeros consideraron que el imputado fue autor de “homicidio simple”, Bruni sostuvo que se trató de “homicidio culposo”. Finalmente, González fue condenado por “homicidio simple con dolo eventual”, en un fallo que en ese momento se consideró inédito.
Esperemos que la Justicia, esa de los jueces que cobran sueldos onerosos y que no pagan impuestos, entre otros privilegios, tenga la diligencia de finalizar con este tema, y que los familiares de Santiago puedan dar vuelta esta página tan oscura en sus vidas. Santiago no está más físicamente por la negligencia de un hombre que no tuvo la sensatez de hacerse cargo de su error ni de reconocer un fallo justo.