San Vicente | La Municipalidad de San Vicente junto al apoyo de distintas divisiones de la Policía Bonaerense, realizó dos operativos de saturación en las inmediaciones de la Laguna del Ojo, en San Vicente, donde se registraron tres detenciones y se labraron actas por 18 infracciones.
La medida se adoptó debido a la queja permanente de los vecinos que viven en las inmediaciones del espejo de agua, que por las noches se convierte en un lugar peligroso por el accionar de automovilistas, motociclistas y de jóvenes, que utilizan el ejido lagunero para realizar acciones ilícitas.
Los operativos se llevaron a cabo en las noches del viernes y de ayer y, según fuentes oficiales, se realizarán con frecuencia. Además de los inspectores municipales, actuaron uniformados de la Comisaría Primera de San Vicente, la Policía Local y del destacamento de la Policía Vial Guernica.
A partir del lunes atenderá la planta móvil de la VTV en la estación de San Vicente.
Además de los habituales controles en la documentación de los vehículos (título, cedula verde, seguro, registro de conductor, entre otros), se realizaron cerca de 50 test de alcoholemia, dos de los cuales dieron positivo.
Según datos aportados por el Municipio, se realizaron 18 actas de infracción, se retuvieron 8 licencias de conducir y se secuestraron 4 motocicletas por distintas infracciones.
También se retuvieron dos automóviles por exhibir obleas de la Verificación Técnica Vehicular (VTV) apócrifas, cuyos conductores quedaron detenidos, al igual que un joven al que se le encontró sustancias prohibidas entre sus ropas. De los test de alcoholemia, tres dieron resultado positivo, reteniéndose los respectivos registros de conductor.
Esperemos que esta no sea una medida marketinera y que estos controles se continúen realizando, también, en otros lugares del distrito que se han convertido en puntos de conflicto, como las avenidas principales de Alejandro Korn y San Vicente.
A diario vemos como, por el accionar de motociclistas, el centro de las ciudades y algunos barrios se han convertido en pistas de carreras, donde subnormales compiten para ver quién es más rápido, quién hace más ruido y, por ende, quién es más estúpido.