Alejandro Korn | Mariel Sola es una vecina de la localidad de Alejandro Korn. Ella tiene una hija de cuatro años que fue diagnosticada con Trastorno del Espectro Autista (TEA), una afección neurológica y de desarrollo que comienza en la niñez y dura toda la vida. El TEA afecta cómo una persona se comporta, interactúa con otros, se comunica y aprende.
Mariel junto a otros padres con hijos afectados por este trastorno relacionado con el sistema nervioso, comenzaron a organizarse para pedir a las autoridades municipales, la creación de un centro terapéutico en el distrito, para realizar el tratamiento de sus hijos y en dónde –además- se brinde asesoramiento y talleres para las familias.
“Las familias del distrito están a la deriva cuando necesitan tratamientos terapéuticos para sus hijos diagnosticados con TEA, ya que no hay centros capacitados para asesorar y asistir a las familias y a los niños. Hay poca cantidad de terapeutas que solo trabajan de manera privada y no hay ningún centro que garantice tratamiento para quienes no pueden pagarlo”, aseguran los padres involucrados en el proyecto.
“Desde hace años, las familias de San Vicente vienen trabajando en visibilizar la problemática que hay con respecto a la falta de centros de asistencia y asesoramiento para personas con TEA y todas las administraciones municipales que pasaron hasta el momento, hicieron caso omiso a esta petición”, sumaron.
“Las familias que necesitan terapias para sus niños, deben trasladarse hasta la ciudad de La Plata o hasta CABA, ya que en los distritos aledaños, tampoco se cuenta con un buen servicio de asistencia para este tipo de trastornos. Todos los terapeutas trabajan individualmente y de manera privada y cada terapia cuesta alrededor de 1.500 pesos por sesión y se necesitan entre tres, cuatro o cinco terapeutas para un tratamiento más efectivo”, explicaron.
Las terapias necesarias para estos chicos son psicología, fonoaudiología, terapia ocupacional, psicomotricidad y psicopedagogía, entre otras.
“Este tipo de terapias se hace altamente onerosas, debido a que el viaje que tienen que realizar es muy extenso, las jefas y jefes de familia deben trabajar y no tienen tiempo para trasladar a sus niños hasta, alrededor de 50 kilómetros, todos los días de la semana”, finalizaron.
Mariel, como otros padres que la acompañan, esperan que las autoridades del Honorable Concejo Deliberante de San Vicente le otorguen su turno para exponer esta problemática, que tendría que ser una cuestión de Estado. Son muchos los niños que son diagnosticados cada año con este trastorno neurológico, y es necesario que el Estado les dé una solución.