San Vicente | En la primera semana de abril de este año publicábamos una notas sobre el rescate realizado por integrantes del Comando de Prevención Rural (CPR) de San Vicente de 20 caballos que iban ser sacrificados ilegalmente por el Frigorífica Lamar de la ciudad bonaerense de Mercedes.
De esos 20 equinos, que fueron alojados en el Predio Identidad Nacional de San Vicente, solamente habían quedado 12, ya que luego de la publicación de la nota y fotografías aparecieron los dueños de 8 caballos. Los 12 restantes fueron entregados por la Justicia a la médica veterinaria Lalita Insaurralde, quien los trasladó a su campo, donde hoy continúan recuperándose del maltrato del que habían sido víctimas.
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Alrededor de un mes después que los animales habían sido trasladados al predio sanvicentino, Insaurralde comenzó a hacerse cargo de la curación y alimentación de los 12 equinos que allí se encontraban, seis de los cuales estaban en muy malas condiciones de salud: dos yeguas preñadas y el resto con las patas lastimadas.
La doctora Karina Guyot, titular de la Unidad Funcional de Instrucción Descentralizada 1 de San Vicente, nombró a Insaurralde como depositaria legal de los equinos cuyos dueños no habían aparecido. De esta forma, la Justicia puso su grano de arena para que estos animales tengan una mejor calidad de vida.
Insaurralde junto a otros colaboradores como Federico Matto, Carlos Gálvez, Sergio Mercado y Mariela Aybar, son los encargados de atender la salud de los equinos y de alimentarlos. Hoy los animales gozan de buena salud, están bien alimentados y –seguramente- pasarán el resto de sus vidas con el afecto que se merecen.
Esta nota fue un pedido expreso de Lalita Insaurralde, ya que había muchas personas que se preguntaban cuál había sido el destino final de los caballos. “Quería que se supiera que los caballos están muy bien cuidados y alimentados por mí y mis colaboradores”, afirmó la profesional.
Una historia que terminó bien, por el tezón y la diligencia de integrantes del CPR, entre ellos el mayor Claudio Barroso, quien puso toda su pasión profesional para salvar a los caballos de una muerte segura. También la Justicia puso lo suyo para salvaguardar la vida de estos animales.
Ahora faltaría utilizar las armas judiciales para poner tras las rejas a los integrantes de la mafia que se mueve detrás del robo de los caballos, que son sacrificados para que su destino final sea la cámara frigorífica de algún barco con rumbo a Europa o Asia.
San Vicente, por desgracia, es uno de los puntos de la provincia de Buenos Aires, donde estos mafiosos actúan con total impunidad.