San Vicente | Micaela Barroso es una de las ciclistas consagradas de la región. Se subió a una bicicleta de carrera con tan solo siete años y, compitiendo -nada más y nada menos- contra varones, porque en su categoría no existía la categoría “niñas”. De la mano de su padre recorrió los primeros kilómetros de su ascendente carrera deportiva, que la depositaron hoy, con 23 años, en un equipo de ciclismo continental y formando parte además, del Seleccionado Nacional de Ciclismo.
Quienes tuvimos la suerte de seguir la carrera de Mica desde pequeña, la recordamos en el programa ActivaSport, que se emitía por la vieja Radio Activa de Longchamps. Con el acompañamiento de su padre Claudio, comenzó a dar los primeros pasos en este hermoso pero sacrificado deporte. “A mi papá le gustaba ir al Parque de Lomas a ver las carreras de los domingos, y a partir de ese momento me enamoré del ciclismo”, recordó la ciclista sanvicentina sobre sus comienzos en este deporte.
Los comienzos
En ese lugar, el Club Ciclista Lomas de Zamora organizaba competencias todos los fines de semana y se había convertido en un clásico de la zona Sur. “Me acuerdo que estaba entusiasmadísima y le pedí a mi papá que me arme una bicicleta para poder correr, aunque los primeros años lo tuve que hacer con los varones, porque en los infantojuveniles no existía aún la categoría damas”, narró Barroso.
Pese a ser una niña introvertida y callada, Mica fue siempre una líder indiscutible. Entrenaba mucho y ganaba carreras casi todos los fines de semana, aún en desigualdad de condiciones. “El correr en las categorías de varones me dio un plus a la hora de comenzar a competir en los torneos nacionales, en donde las mujeres corríamos aparte de los chicos”, subrayó. Micaela pasó su adolescencia viajando por muchos puntos del país, donde se disputaban las fechas de los campeonatos infantojuveniles, que tantos recuerdos lindos le traen.
El ciclismo de elite
La niña de ojos grandes y mirada pícara creció y llegaron los Campeonatos Argentinos, la instancia más importante para un ciclista a nivel nacional. “Un ciclista se prepara durante todo el año para correr un Campeonato Argentino; ganarlo es lo más importante que te puede pasar”. La Federación Argentina de Ciclismo es la encargada de la organización de estos eventos, que se realizan en distintos puntos de Argentina, dos veces por año: uno para la modalidad pista (velódromo) y otro en ruta, donde también se corre una prueba contrarreloj.
Llegó la mayoría de edad y el pasaje de juveniles a la categoría elite. “Mi paso a esta categoría me costó bastante porque es muy abrupto tener 17 años y, de golpe, pasar a competir con ciclistas ya consagradas. Por ejemplo, los varones pasan de juveniles a sub 23 y luego a elite, pero nosotras no”, hizo referencia Barroso con respecto a las barreras que las mujeres –en pleno Siglo 21- todavía tienen que sortear para poder triunfar.
Sin embargo, esta etapa de su vida fue la que mayores logros le han dado a la carrera profesional de la sanvicentina. “Fui elegida para un formar parte de un campamento satélite de la Unión Ciclista Internacional (UCI), que se realizó en Mar del Plata con ciclistas de toda América Latina. Ahí me seleccionaron para participar en otra concentración de la UCI, por tres meses en Suiza”, rememoró. Ese año, las emociones llegaron todas juntas, ya que cuando estaba en Europa, llegó la convocatoria para participar con la Selección Nacional en el Mundial Juvenil de Kazajistán.
Luego vendría la convocatoria para formar parte del equipo continental Shimano Ladies Power junto a otras ciclistas del resto de américa, conjunto en el que todavía se desenvuelve y con el que ha competido en distintos países del mundo.
El ciclismo adaptado
Pero hubo un quiebre en la carrera de Micaela. Fue cuando comenzó a interesarse en el ciclismo adaptado. “Me llamó la atención como corrían las chicas ciegas y comencé a probar corriendo en tándem como ciclista guía. Acá en argentina no había tándem femeninos, así que fui una de las precursoras de esa especialidad”, remarcó la deportista.
Cuando estaba disputando un Mundial de Ciclismo Adaptado, recibió una noticia que la puso entre la espada y la pared: si largaba en ese Mundial, no podría representar al país en torneos internacionales en ciclismo convencional. “Fue difícil la situación, pero tomé la acertada desición de largar y seguir compitiendo en ciclismo adaptado”, manifestó Barroso, quien agregó que “esta modalidad me mantiene motivada todo el tiempo y además –a diferencia del ciclismo convencional- acá todo está súper aceitado y organizado”. En ese sentido, la pedalista contó que con el cuerpo técnico ya se está pensando y trabajando con miras al Mundial de Paris 2024.
Hay mucha tela para cortar y muchas historias para contar sobre Micaela Barroso, la deportista sanvicentina que eligió relegar triunfos individuales para lograr la gloria corriendo en tándem con compañeras ciegas. Hay una frase de Mica, que sintetiza ese sentimiento de solidaridad: “Me gustó la idea de ayudar a una compañera a cumplir sus sueños, que eran los mismos sueños que tenía yo”.
En un mundo tan competitivo como en el que vivimos, en muy difícil encontrar personas que piensen en el otro de la forma que lo hace Mica. Para el final vamos a contar una anécdota “no oficial” que la pinta de cuerpo entero: en un Campeonato Argentino, había salido segunda en su especialidad, pero semanas más tarde, la ganadora fue descalificada y a Micaela le fue adjudicada la medalla dorada. Nunca se refirió a ello en notas periodísticas o en redes sociales, para cuidar la integridad de su colega que había sido descalificada por doping.