San Vicente .: Una familia de productores rurales padeció este año cuatro intentos de usurpación. El último fue el pasado viernes por parte de cinco personas que los amenazaron para quedarse con el terreno. “En San Vicente, hay gente poderosa que está haciendo negocios y sacándole la tierra a los vecinos”, afirmó el propietario víctima de los hechos, Luis Leo.
La toma de tierras en el distrito es moneda corriente. En los últimos meses, la familia Leo también comenzó a padecer el temor de que unos desconocidos ingresarán a sus terrenos bajo la afirmación de eran suyas.
Leo vive con su esposa y sus hijas en las tres hectáreas, ubicadas en Leveratto y Pardo, detrás del Club El Porteño, en la ciudad de San Vicente. Producen de forma ecológica huevos, verdura, carne, quesos, pollos y miel, por lo que el terreno está destinado a esas actividades.
Este año, sufrieron varios intentos de usurpación en el campo que había sido comprado a un vecino con posesión de 20 años. “Tenemos todos los impuestos al día e iniciamos los trámites de usucapión, el cual tenemos comprobante”, explicó Leo en diálogo con Al Sur.
El primer intento fue llevado a cabo por una señora, que trajo materiales para la construcción, pero fue frenada por los vecinos y la familia realizó la denuncia. Luego, una persona cortó el alambrado y colocó una casilla rodante, situación en la que también intervinieron los vecinos y Leo llevó a cabo una nueva denuncia.
Un hombre con dos policías arribó a la casa para tomar posesión del campo en la tercera oportunidad. “Le pregunté si tenía orden del juez y me dijo que no, así que lo invite a que se retire. Realizamos la denuncia y hablamos con el comisario. Siempre es al mismo día y horario. Todos dicen que compraron y tienen un papel que lo dice”, expuso.
El pasado viernes fue el último intento. Leo salió con sus hijas y “cinco tipos muy bien vestidos con dos camionetas de alta gama” le cortaron el paso. El propietario relató que los hombres lo increparon y amenazaron con pegarle porque estaban dispuestos a vender sus terrenos.
“Agarre a mis hijas de seis y dos años, las puse a resguardo en la casa de un vecino y llamé al 911. Nos asustamos mucho. Sólo la Policía y la Fiscal pudieron disuadir que se vayan, teniendo en vilo a todo el barrio. Fue un atropello de los poderosos”, afirmó el vecino.
Este “modus operandi” se repite en distintos barrios de San Vicente, como en Once Bocas o en el emprendimiento privado que pretende instalarse en los humedales de la Laguna del Ojo. “En San Vicente, hay gente poderosa que está haciendo negocios y sacándole tierra a vecinos que vivimos hace mucho. Algunos tenemos los papeles al día pero otros no, ahí se aprovechan de la situación y los desalojan”, advirtió.